El poder
curativo
de la risa:

Pero lo interesante de la risa es
que se ha comprobado que los enfermos de sida o de cáncer tienen una mayor
resistencia mientras mejor es su estado anímico. Por esta razón, en Canadá,
específicamente en Ottawa, los atienden con sesiones de risoterapia.
Los especialistas descubrieron que
la risa es un buen medicamento que renueva la energía del enfermo y le estimula
ante su padecimiento. Como prueba de lo anterior está el caso de Norman Cousins,
un importante ejecutivo de Nueva York, conocido crítico y editor de Saturday
Review, a quien a los cincuenta años le fue diagnosticada espondolitis
anquilosante, enfermedad que consiste en una especie de artritis espinal
sumamente dolorosa, y que lo dejó lisiado.
Por si fuera poco, los doctores no
conocían la cura para la enfermedad y ante este panorama nada alentador, Cousins
cayó en un estado de depresión mayor, y mientras más se deprimía peor era su
estado y el dolor se hacía cada vez más intenso.
Los médicos le dijeron que un
poquito de alegría le vendría bien. Así que Cousins pidió varias películas
cómicas, cortos de El gordo y el flaco y varias de los hermanos Marx. Apenas
comenzó a ver estas películas y a reírse a carcajadas comenzó a sentirse mejor y
así descubrió que por diez minutos de risa a mandíbula batiente lograba eliminar
el dolor por dos horas... y mientras más se reía mejor se sentía. Gracias a sus
sesiones diarias de risa pudo conciliar otra vez el sueño. Cousins reía tan
fuerte que los demás pacientes comenzaron a quejarse por el escándalo, entonces
se mudó del hospital a un hotel donde se podía reír por la mitad del precio.
Combinando sus terapias de risa con dosis de vitamina C y siguiendo las
indicaciones de los médicos, logró curarse totalmente de la enfermedad, para
luego escribir un libro titulado Anatomía de la risa.
De las razones para no estar triste
Cualquier tema puede tratarse con
humor. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que usted compró interiores? Si
tardó mucho en responder, ya es hora de ir cambiando su ajuar interior.
El interiorismo es la ciencia que
estudia la decoración de interiores. El diseño del interior dice mucho de la
personalidad; es más, muchas mujeres han sabido mucho más de su pareja después
de verle los interiores que antes cuando solo sabían qué carro usaba o su signo
zodiacal. Hay diferentes diseños de interiores y por lo tanto de personalidad;
están los barrocos, con faralaos y bordados; o los de caballero de acero
inoxidable ideal para armaduras; están los púdicos, tipo cuello de tortuga; o
los impúdicos, tipo taparrabo o hilo dental; están los descriptivos, que son
aquellos que tienen un cartel y una flecha que dice "abajo es la cosa"; los
selváticos, con piel de tigre y olor a tigre; y están los hipócritas,
extralargos, que vienen con un relleno, muy utilizados por grupos juveniles
musicales.
¿Por qué la gente se ríe tan poco,
siendo algo tan fácil y que uno disfruta tanto? ¿Por qué la gente no lleva la
vida con más alegría?, pues porque no se dan el permiso de hacerlo.
Reír cura problemas como la
depresión, la angustia, la falta de autoestima y el insomnio, así como los
problemas de relación. Cuando reímos se mueve el diafragma, los pulmones mueven
doce litros de aire, en vez de los seis habituales, lo que mejora la
respiración. Asimismo, se fortalece el corazón, se facilita la digestión al
hacer vibrar el hígado, se evita el estreñimiento, mejora la eliminación de la
bilis y se estimula el bazo, baja la hipertensión aumentando el riego sanguíneo,
ya que se relajan los músculos lisos de las arterias con lo que se reduce la
presión arterial y se tonifican los músculos que hay en el rostro, porque una
carcajada continuada activa casi la totalidad de ellos. Además, las carcajadas
generan una sana fatiga que elimina el insomnio, ¿suficiente?
Claro que es válido preguntarse si
todo eso tiene basamento científico, pues sí. Cuando reímos el cerebro hace que
nuestro cuerpo segregue endorfinas; de hecho, una simple sonrisa emite una
información que activa esa segregación de esta suerte de drogas naturales que
circulan por el organismo, y que resultan cientos de veces más fuertes que la
heroína y la morfina, pero gratuitas y no tienen efectos secundarios.
Las endorfinas, específicamente las
encefalinas, tienen la capacidad de aliviar el dolor. Por ejemplo, si al cabo de
unos segundos desaparece el dolor producto de un golpe, es porque el cuerpo
reaccionó sintetizando las endorfinas necesarias para atenuarlo. Por otro lado,
las endorfinas envían mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras
células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan
además otras funciones entre las que destaca un papel esencial en el equilibrio
entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como
estar bien o estar mal. Las endorfinas provocan un estado de euforia que es una
sensación de felicidad, o lo que es igual a un flujo correcto de endorfinas en
nuestro cuerpo.
¿Por qué el masaje es tan curativo?
o ¿por qué las caricias son tan placenteras? Pues, sencillamente, porque ambos
estimulan la segregación de endorfinas, así que cada vez que experimentamos
placer, cuando sentimos estados de euforia y felicidad o cuando nos invade la
particular sensación de disfrute que provoca la música, la poesía, el arte o la
naturaleza, están en juego las endorfinas. También ocurre lo mismo en los
deportistas, porque cuando se logra pasar a un competidor durante una carrera
justo al hacer el último esfuerzo antes de llegar a la meta, o al batir un
récord, el cuerpo segrega endorfinas y por ende la persona se siente eufórica.
Lo mejor de todo es que para
segregar endorfinas no es necesario trotar o batir un récord, solo hay que reír,
estar de buen humor... y eso es fácil, solamente hace falta decidirse.
Además, cuando uno se ríe segrega
más adrenalina, lo que potencia la creatividad y la imaginación.
Alimento para el espíritu
La risa como fuente de salud ya
aparece en la Biblia, donde es posible leer: "Un corazón alegre es como una
buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos".
Algunos libros hindúes hablan
incluso de meditación con risa porque el hecho de reír es una técnica de
meditación en sí mismo, y es un medio para conocerse interiormente que ayuda a
estar más consciente del mundo.
En la India, Bhagwn Rajneesh
(Osho), en su centro de Poona, promueve la meditación de la rosa mística que
consiste en nueve días de tres horas diarias de risa. A la vez que cierta
escuela budista enseña técnicas para caminar sonriendo y dice que se trata de
algo tanto o más beneficioso que la meditación. También hay una creencia hindú
que asegura que una hora de risa tiene efectos más beneficiosos para el cuerpo
que cuatro horas de yoga.
Los pueblos más perseguidos son los
que tienen un sentido del humor muy desarrollado y ese es el caso del pueblo
judío. Los Jasidim eran unos maestros religiosos que entendían que la religión
no podía ser algo triste y por eso le inyectaron buen humor a la vida, bailes y
canciones a los ritos religiosos.
La filosofía china del tao, por su
parte, también practica la risa. Un viejo consejo chino dice que para estar sano
hay que reír treinta veces al día, y al respecto los expertos afirman que con
tres veces al día es suficiente siempre y cuando sea por más de un minuto cada
una. El siquiatra William Fry, quien ha estudiado los efectos de la risa por más
de 25 años, asegura que tres minutos de risa intensa equivalen en salud a cerca
de diez minutos de remar enérgicamente. Asimismo, se dice que un minuto de risa
diario equivale a 45 minutos de relajación.
De esto modo, a reírse se ha dicho;
reírse en defensa propia porque los efectos son fantásticos y sin ser tacaños.
Hay que regalarle a la gente la mejor sonrisa, eso vale mucho para el que la
recibe y a uno no le cuesta nada.
sole