Solo las pantallas de cristal líquido de estos dispositivos consumen vorazmente el 90% de la batería, por lo que hay que enchufarla con la fracuencia a la red para recarga. Según el investigador, de la luz que emiten los smartphones, solo entre el 4% y el 8% llega a nuetros ojos. El resto se pierde en forma de calor en filtros y capas ópticas que bloquean el paso de ciertos píxeles para poder proyectar una imagen concreta. Lo que hace un nuevo sistema, que requeriría cambiar las pantallas actuales por otras hechas de moléculas fluorcentes orgánicas, es atrapar la luz ambiente y reciclar la del móvil que no se usa. Eso permitiria fabricar baterías más ligeras prospera, podría comercializarsem en dos años.
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Vyara desde la revista "Muy interesante"
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