dimarts, 4 d’octubre del 2016

ME ACEPTO Y ME APRUEBO

ME ACEPTO Y ME APRUEBO

Hágalo por lo menos trescientas o cuatrocientas veces al día. Cuando usted se preocupa por algo, vuelve a acordarse de su problema por lo menos otras tantas veces; ahora, deje que la frase <> se convierta en un mantra, en algo que usted se dice y se repite interminablemente, casi sin pausa alguna. Es garantía de que esta frase es infalible para hacer aflorar a la conciencia todo lo que uno mantiene sepultado en sus profundidades y que se opone a esta afirmación.
Cuando asome un pensamiento negativo como, por ejemplo, <<¿Cómo puedes aceptarte y aprobarte si eres gordo?>>, o <<¡Qué tonta eres si te crees que eso sirve para algo!>>, o simplemente <>, o cualquier otro tipo de enunciado negativo, ése es el momento de asumir el control de su mente. No le dé importancia al asunto. Considere esa idea como lo que es -otra manera de hacer que usted continúe viviendo en el pasado-, y dígale amablemente: <>
Ya el sólo hecho de pensar en hacer el ejercicio puede traerle a la mente un montón de objeciones:
<>, o <>, o <>, o <>, o <<¿Qué es lo que puedo aprobar de mí si estoy haciendo ésto?>>.
Déjelas pasar a todas. Esas ideas no son más que resistencias que no tienen ningún poder sobre usted, a menos que decida creérselas.
<> Pase lo que pase, le digan lo que le digan, le hagan lo que le hagan, usted siga repitiéndoselo. De hecho, cuando pueda decirse eso, sea cual sea la situación en la que se encuentre,
sabrá que está creciendo y cambiando.
A menos que se lo concedamos, las ideas no tienen ningún poder sobre nosotros; no son más que sartas de palabras que no tienen absolutamente ningún significado. El significado se lo damos nosotros mismos. Somos
nosotros quienes decidimos cuál es el significado que vamos a darles. Decidamos, entonces, pensar cosas que nos ayuden y nos apoyen. Parte de la aceptación de sí mismo reside en liberarse de las opiniones ajenas.
Piense en cosas que le hagan feliz. Haga cosas que le gusten. Esté con gente que le sea de su agrado, etc.

LA PLANTACIÓN DE SEMILLAS

Piense un momento en una tomatera. Una planta sana puede cargar más de un centenar de tomates. Para conseguir una planta así, es necesario empezar por una semillita seca, que no se parece en nada a una tomatera, ni sabe seguramente a tomate y que si usted no la conociera, ni siquiera creería que puede convertirse en una planta de tomate. Sin embargo, supongamos que planta la semillita en un poco de tierra buena, empieza a regarla y deja que le dé el sol.
Cuando aparece el primer tallito, usted no le da un pisotón, diciendo que eso no es una tomatera; más bien lo mira y se alegra. <<¡Qué bien, ya está saliendo!>>-dice y lo mira crecer con deleite. En su momento, si sigue regándola, cuida de que no le falte el sol y le quita las malezas, la plantita llegará a convertirse en una tomatera con más de un centenar de espléndidos tomates. Y todo empezó con una semillita.
Lo mismo ocurre cuando usted quiere crearse una experiencia nueva. La tierra es la parte subconsciente de su mente. La afirmación nueva es la semilla. La nueva experiencia está, en su totalidad, en esa semillita. Usted la riega con afirmaciones, deja que se bañe en el sol de sus pensamientos positivos, limpia de malezas el jardín arrancando las ideas negativas que se le ocurren. Y cuando ve, por primera vez, una mínima prueba de que algo está creciendo, no la pisotea, quejándose de que eso no es bastante, sino que la mira y exclama jubilosamente: -Oh, ¡qué bien! Ya está saliendo. ¡Esto funciona!
Y sigue observando cómo crece, para convertirse en la manifestación de su deseo.
Ahora es el momento de que tome la lista de cosas que no le gustan de usted y las exprese en forma
de afirmaciones positivas. O también puede enumerar todos los cambios que quiere realizar y las cosas
que quiere tener y hacer. Después elija tres puntos de la lista y expréselos como afirmaciones positivas.
Supongamos que su lista negativa era más o menos así:

Mi vida es un caos.
Tendría que rebajar de peso.
A mí nadie me quiere.
Quiero mudarme.
Mi trabajo me enferma.
Debería organizarme.
No hago lo suficiente.
Yo no sirvo para...

Todo esto se puede dar vuelta de manera que suene más o menos así:

Quiero liberarme del modelo mental que creó todas estas condiciones.
Estoy en el proceso de hacer cambios positivos.
Tengo un cuerpo sano y esbelto.
Dondequiera que voy me quieren.
Tengo una vivienda perfecta.
Me estoy creando un estupendo trabajo nuevo.
Ahora me organizo muy bien.
Todo lo que hago me da placer.
Me amo y me apruebo sin reservas.
Confío en que el proceso de la vida me dé lo que es mejor para mí.
Me merezco lo mejor y ahora mismo lo acepto.

De este grupo de afirmaciones provendrán todas las cosas que usted quiere cambiar en su lista.
Al amarse y aprobarse se creará un espacio de seguridad y confianza en que la aceptación
de sus méritos lo permitirá todo. Estas afirmaciones generarán la organización en su mente, crearán
en su vida relaciones de amor, le atraerán un trabajo nuevo  y un nuevo lugar donde vivir. Es milagroso cómo crece una tomatera. Es milagrosa la forma en que podamos hacer que nuestros deseos se manifiesten.

El merecimiento del bien

¿Cree usted que se merece tener lo que desea? Si no es así, no se permitirá tenerlo. Circunstancias que parecen fuera de su control concurrirán para impedírselo.

Ejercicio: Me merezco

Diga: <> Dígalo dos o tres veces.
¿Cómo se siente? Preste siempre atención a sus sentimientos, a lo que sucede en su cuerpo. Pregúntese si se cree lo que dice, ¿o todavía se siente indigno?
Si su cuerpo le transmite cualquier sentimiento negativo, vuelva a afirmar. <en mi conciencia está creando resistencias a mi propio bien.>> Y repita <&gt Me merezco tener una vida feliz.
Repítalo hasta que sienta que lo acepta, aunque tenga que hacerlo durante muchos más días seguidos.
No se puede ir más lejos que lo que alcancen las emociones: ellas marcan nuestros propios límites.







EL PUNTO DE VISTA HOLÍSTICO
Para enfocar la construcción de algo nuevo en nuestro interior nos interesa partir desde un punto de vista holístico. La filosofía holística procura nutrir y alimentar la totalidad del ser: cuerpo, mente y espíritu. Si nos desentendemos de cualquiera de estos aspectos somos seres incompletos, no estamos enteros. No importa por dónde comencemos, siempre y cuando terminemos por incluir también las otras áreas.
Si comenzamos por el cuerpo, tenemos que trabajar con la nutrición, aprender la relación que hay entre nuestra elección de alimentos y bebidas y la forma cómo nos sentimos. Deseamos optar por lo que sea más beneficioso para el cuerpo. Hay hierbas y vitaminas, tenemos la homeopatía y también los remedios florales de Bach.
Asimismo, deseamos encontrar una forma de ejercicio que nos resulte atractiva. El ejercicio nos fortalece los huesos y mantiene joven el cuerpo. Además de diversos deportes, entre ellos la natación o el yoga. Todo ello favorece la relajación. Podemos explorar alguna forma de trabajo corporal, diversas formas de masaje, la reflexología en los pies o la acupuntura y el Reiki.
Si empezamos por la mente, podemos explorar técnicas de visualización, de imaginación o de fantasía guíada y también las afirmaciones.

Nuria Rollón
Centre de dia Pins d'Or
04/10/2016