dimarts, 6 d’octubre del 2015

LAS HOJAS NO CAEN, SE SUELTAN....

Siempre me ha parecido expectacular la caida de una hoja.
Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja "se cae"
sino que llegado el escenario del otoño inicia la
danza maravillosa del solarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a  nuestra predisposicion
al desprendimiento.
Las hojas no caen, se despenden en un gesto supremo de generosidad y
profundo de sabiduria:L a hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacio del aire
sabe del latido profundo de una vida que esta siempre en movimiento y en
actitud de renovacion.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacio
dejado por ella es la matriz generosa que albergara el brote de una nueva
 hoja.
La coreogarfia d las hojas soltandose y abandonandose
a la sinfonia del viento traza un indecible coanto de libertad y
SUPONE UNA INTERPRETACION CONSTANTE Y CONDUTDENTE
para todos y cada uno de los arboles humanos que somos nosotros.
Cada hoja al aire me está susurrando al oido del alma
¡