"L'estimo."
Chus
Tracta a un ésser humà tal com és, i continuarà sent com és. Tracta'l com pot arribar a ser, i es convertirà en allò que pot arribar a ser. Blaise PASCAL
medida de agua: Se añade el doble de agua por cantidad de arroz
medida de arroz: una taza por persona
Se deja cocer 20 minutos y ya estará listo
Los ritmos circadianos del cuerpo se originan en el sistema nervioso central, que es el que provoca cambios regulares en la formación de orina, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, el consumo de oxígeno, la división celular y las secreciones de las glándulas endocrinas.
Así pues, el cuerpo humano se parece bastante a un termostato en el sentido de que es un gran sistema homeostático complejo, que emplea una intrincada red de mecanismos que se retroalimentan para mantenerse estables en medio de situaciones que cambian de forma dinámica.
El cerebro se encarga de mantener a muchos de estos mecanismos de retroalimentación, ya que coordina los estímulos externos recibidos por los órganos sensoriales y responde provocando las acciones corporales apropiadas.
Sin embargo, nuestros ciclos del sueño dependen de la retroalimentación negativa, porque los ritmos circadianos humanos son de 25 horas. Se ignora aún por qué, después de millones de años de vida en un mundo con días de 24 horas, el reloj biológico se atrasa esa hora.
De este modo, debe ser el mundo exterior el que, a diario, pone en hora nuestro reloj biológico, ya sea detectando patrones de luz y oscuridad o, de manera más sutil, percibiendo el cambio del campo magnético de la Tierra, que cambia con la rotación del planeta.
Sin esa retroalimentación negativa que sincroniza nuestros ritmos circadianos, dormiríamos durante un día entero dos semanas de cada mes a causa de esa hora extra de nuestro cuerpo.
Vía Sistemas emergentes de Steven Johnson
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Se acerca el verano y, con el calor, son muchos quienes prefieren moverse por Barcelona tan ligeros de ropa que podrían considerarse semidesnudos. Esta práctica, más habitual en los lugares próximos a las playas y en las zonas de fuerte atracción turística, no es el del agrado de gran parte de los barceloneses y tampoco del gobierno municipal, que quiere ponerle coto. Prohibirla resulta complicado –incluso jurídicamente–, sobre todo en la calle. Pero no lo es tanto vetarla, aunque sea a modo de recomendación, en espacios abiertos al público. El Ayuntamiento lo hará en breve en sus dependencias y servicios urbanos como el metro y el bus con un cartel específico e invitará a que se sumen a la iniciativa cuantos más ciudadanos, entidades y empresas mejor mostrando el mismo elemento gráfico.
El alcalde ha escrito una carta, que los próximos días recibirán los principales agentes de la ciudad, en la que manifiesta la voluntad compartida de “trabajar de manera firme para que Barcelona continúe siendo un referente por su calidad de vida y su nivel de convivencia.
sole
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