Cuenta una historia, que un campesino que se
enfrentaba a grandes dificultades para salir adelante,
tenia algunos caballos para los trabajos de su pequeña propiedad .
Un día, para su pesar, su capataz descubrió, que uno de sus caballos en un pozo muy profundo,
del que seria casi imposible sacarlo de alli.
Aunque el caballo no estaba herido, el campesino evaluó la situación y
concluyo que la operación de rescate suponía una inversión demasiado alta.
Decidió entones que era preferible ordenar al capataz que lo sacrificara, lanzando tierra hasta enterrarlo.
Comenzaron a rellenar el pozo con tierra, pero a medida que esta caía sobre el animal,
se la sacudía, la pisoteaba, y quedaba acumulada en el fondo del pozo, lo que posibilitaba al caballo subir y subir hacia la superficie.
Estar en el pozo a merced de las deudas, las criticas o la tristeza no es una señal para que nos abandonemos a ser enterrados y las usemos para llegar hasta arriba caminando sobre ellas y respirar a pulmón abierto.
que la situación no te entierre, entierra la tú.
Alex Rovira, autor del llibre La Bona Crisis..
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