Desesperados. Así están los vecinos de una finca de la localidad Valenciana de Xirivella. El motivo: los ruidos de la pareja de la puerta 11. Portazos, música a tope, gritos, insultos... son algunos ejemplos citados por los afectados ciutadanos. No se quedó de brazos cruzados y la comunidad de propetarios interpuso una demanda. Ahora la justica les da la razón.
Sole
dimarts, 11 d’octubre del 2011
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