La última imagen que se tiene de Leo Messi es la de un hombre
triste, apocado, con la mirada perdida, sobre el céspe de Maracaná.
Acababa de perder la final del Mundial de fútbol. El mejor jugador del mundo
solo podía recuperar la sonrisa gracias a su hijo, Thiago, que en noviembre
cumplirá 2 años. Y es evidente que así ha sido, a tenor de la foto que colgó
ayer el futbolista en su Instagram, en la que aparece radiante junto a su vástago y su pareja
Antonella Roccuzzo. No añade comentario alguno. Para qué sobran las palabras para decir
lo feliz que está. El Periodico.
sole
dimarts, 29 de juliol del 2014
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