La alerta sanitaria emitida el viernes sobre un probable caso de contaminacion de aceite de girasol procedente de Ucrania no pasara a la historia politica como un ejemplo de responsabilidad y transparencia,sino mas bien como una muestra de precipitacion, y gestion confusa.Se ha considerado, que se debia aplicar el principio de maxima seguridad, ante un posible riesgo para la salud ciudadana, y que los consumidores tenian derecho a conocer este peligro. Lo unico que han conseguido es inquietar a los consumidores.
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