El otoño es posiblemente el mejor momento para disfrutar de Venecia, pues sus calles se descongestionan bastante de viajeros y la ciudad va retomando ese ambiente decadente que tanto la favorece. Y lo mejor:
la humedad está lejos de ser una enemiga, como ocurre durante los meses de verano e invierno. Un buen momento, por lo tanto, para pasear sin prisas por La Serenísima y descubrir sus palacios, muchos de ellos verdaderas joyas artísticas. La lista la encabeza el Palazzo Ducale, cuya austera fachada esconde un magnífico conjunto de patios, escalinatas, salones, pasajes y cámaras ricamente ornamentadas. Tal es su esplendor que quizás sea más interesante dejarlo para el final, para no hacer palidecer a otros hermosos palacios de la ciudad como el palazzo Grimani, el palazzo Grassi y el palazzo Fortuny, llamado así por Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del célebre pintor y en cuyo interior se expone una interesante mostra de pintura, fotografía y diseño textil. También los hay que pueden ser visitados gratuitamente. Entre ellos, destacan Ca'Tron, con una hermosa fachada que da al gran canal y el Palazzo Cavalli-Franchetti, cuyo interior alberga una bella escalinata. Sin olvidar aquellos convertidos en hoteles y cuyos suntuosos salones y escalinatas de mármol pueden ser contemplados mientras se toma un café, como el hotel Gritti Palace o el Ca'Sagredo, clasificado como monumento nacional y decorado con frescos de los eminentes pintores venecianos Tiépolo, Longhi y Ricci.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=obYLiCOiJAk#t=639
Núria Rollón
09 de Enero de 2017
dimarts, 10 de gener del 2017
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